Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

América Latina: Crisis del Estado Clientelista y La Construcción de Repúblicas Ciudadanas.

Publicado en por Freddy

América Latina: Crisis del Estado Clientelista y

La Construcción de Repúblicas Ciudadanas.por: freddy veras,freddyveras2009@gmail.com

 
a4

Al interpretar la evolución del desarrollo político del Estado Latinoamericano, encontramos una tendencia circunscrita en un Estado impuesto en forma y esencia por la Metrópoli, originalmente por la España de la Conquista, a continuación por el peso de gravitar sobre el entorno de los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos de América y últimamente por la suma a estos últimos de los intereses de las transnacionales, el capital financiero internacional, el sistema financiero globalizado, la relación centro-periferia en que se circunscribe el desarrollo capitalista en su esencia neo-liberal.

“El Estado latinoamericano en función de su practica como estado o sistema de relaciones de poder y no de sus declaraciones constitucionales y legales”, es esta la esencia de este articulo. En este se produce un análisis hacia adentro de las actividades del Estado y su formación, en procura de las causas que facilitan la intervención de los factores externos y de los elementos que sirven de obstáculo al progreso del mismo, así como del progreso de quienes en teoría son sujeto y objeto del mismo, sus ciudadanos que lo constituyen e integran.

El Determinismo Económico impuesto:

En el enfoque se llega casi hasta el grado de la discriminación racial, en la justificación de los factores determinantes para el escaso desarrollo de los países latinoamericanos y su descendencia hispánica, en contraposición a los de colonización británico; referencias a los criterios de economistas neoliberales norteamericanos, vinculados al Fondo Monetario Internacional y algunos comentaristas latinoamericanos; en cambio se parte del hecho de “Es el todo integrado donde se cultivan las manifestaciones culturales, que como el centralismo, menosprecio del trabajo y la intolerancia, afectan el camino del progreso regional”.

En un primer análisis concluye las diferencias originarias entre la colonización británica formada por inmigrantes definitivos que establecieron desde sus inicios a voluntad expresa colonias con fines meramente capitalistas, con proyectos que aunque vinculados a la corona inglesa, pretendían amplios niveles de autonomía en sus formas de gobiernos. Y es que de hecho, en esas colonias británicas se establecieron compañías formalmente capitalistas, en enormes porciones de tierra, con el objetivo de desarrollar allí, en principio, plantaciones cuyos productos tendrían como fin la comercialización hacia Inglaterra y su área de influencia.

Diferencias de Orígenes:

En cambio las colonias españolas, se establecieron con el objeto del usufructo de la explotación pre capitalista, la exploración de metales y maderas preciosas, con el objetivo de cual botín, regresar a España, rompiendo el vínculo afectivo con las nuevas tierras. Cargado de un amplio centralismo dirigido desde el mismo Rey de España, donde se utilizo La Encomienda, como institución de reparto de las riquezas saqueadas entre su amplia y verticalmente organizada Corte. Lleno de intrigas entre los funcionarios del régimen español, fue el desarrollo de los pequeños empresarios que procuraban usando la dadiva, el soborno, para lograr los favores de la corona, para sus concesiones, pagos de impuestos y beneficios unipersonales. Bajo este sistema, se originó el desarrollo cuasi parasitario de un capitalismo deformado desde sus orígenes en la América Latina.

 

El rol de la Iglesia

 La iglesia jugó un papel determinante en este proceso, puesto que la vinculación familiar entre los reyes de España y el Papa Alejandro VI, fue decisiva para el “otorgamiento” de enormes porciones de tierra, en virtud de su “mandato” de “Representante de Dios” ante los hombres. Tan grandes fueron estas concesiones que abarcaron tierras desde Norteamérica hasta La Tierra del Fuego.

La reciente expulsión de los Moros del sur de España otorgó un carácter guerrerista de características religiosas, porque otorgaban a los ejércitos españoles la facultad de “expandir la fe cristiana”, desarrollando una Guerra Santa contra los infieles, ocupando sus tierras y pertenencias a costa de cubrir los “gastos” de su “cristianización”.

procurando cobertura al parasitismo dependiente de las demandas de productos del propio Estado, pero a la larga sentenciándose a si mismo a la espera de la llegada de la nueva ola dispuesta desde el Centro del desarrollo capitalista: La Globalización.

 

Las independencias de España, Portugal, las Revoluciones Americana y Francesa,

y las Independencias Latinoamericanas.

 En el caso de las guerras de independencias de España y Portugal, fueron incapaces de crear ciudadanías para sus colonias porque en esencia fueron contra revoluciones de la Monarquía frente al invasor ejército francés napoleónico, y por lo tanto, un regreso a esta, antes que una instauración de La República. En contraste las revoluciones burguesas americanas y francesas, previas ambas a las independencias de España y Portugal, aportaron de forma limitada a sus ciudadanos el rol de su ciudadanía, sobre todo en el caso de los Estados Unidos, se logro la independencia sin la abolición de la esclavitud, otorgando ciudadanía real y efectiva a hacendados, empresarios y connotadas personalidades e intelectuales. En el caso francés, esta revolución limitó la ciudadanía a los nacidos en el suelo francés europeo, no así a los negros esclavos de las colonias americanas, como en el caso de Haití.

De tal forma que las independencias de los países latinoamericanos se realizaron sobre la guerra frente a las monarquías restauradas de España y Portugal, pero sobre todo ante la necesidad de una clase burguesa naciente y pujante entre las colonias, que pretendían ante todo el libramiento de la carga que representaba la corona en pago de impuestos, la exclusividad comercial que mantenían estas sobre los productos, sobre todo mineros y agrícolas. Pero con el agravante de que mantenían el esquema esencialmente heredado de una dependencia acomodada del nuevo Estado formado, así esta clase empresarial se acomodó a la misma vieja usanza del uso y manipulación de las bondades de gobernantes y aparatos políticos para beneficios individuales, acomodando constituciones, leyes adjetivas y prerrogativas que iban desde exenciones aduanales hasta evasiones de impuestos en perjuicio del Estado.

   
 

El Estado interventor y el aparato clientelar en ausencia del proyecto de Nación.

El modelo seguido por las republicas latinoamericanas se caracterizó por la de un Estado centralizador de todas las actividades de la nación, motivado al aspecto de la defensa ante el acoso de las grandes potencias europeas y posteriormente ante Estados Unidos. Este intervencionismo propició la dependencia de las actividades estatales al empresariado, vinculándolo de forma política a las decisiones de Estado. La llamada era del sistema de sustitución de importaciones sin un proyecto nacional que lo acompañara, arraigó esa dependencia, castró la capacidad inventiva, productiva e innovadora que debe existir en el empresariado, como motor del sistema capitalista, restándole así capacidad competitiva e innovación en un mundo que fue, a causa del desarrollo industrial y tecnológico, haciéndose a su vez, mas globalizado e interdependiente.

El neo liberalismo y la cleptocracia

El amplio proceso de privatización de empresas propiedad del Estado y el deterioro progresivo de los servicios que debe ofrecer este, caracterizó a la serie de medidas impuestas por la nueva corriente neo liberal, que procuraba en el papel, incrementar los recursos que disponía para suplir servicios tan básicos como los de seguridad ciudadana, seguridad social, entre otros; produjo en cambio todo lo contrario, porque posterior mente a la implementación de estas medidas, trajeron todo lo contrario en efecto. – y es que tampoco estuvieron acompañadas de una reforma de los anacrónicos aparatos políticos, salvo el de la reducción de los regímenes dictatoriales, y apertura en cuanto a reconocimiento de derechos civiles que tenían mas de cien años consignados legalmente en las constituciones-

Este modelo, al carecer de sistema de participación real de la ciudadanía, al carecer de reforma de rendición de cuentas y al depender de los aparatos políticos dirigénciales del Estado, incluyendo los coercitivos, prohijó el uso de los estamentos y recursos del mismo, para enriquecer a sectores de sus clases partidarias en procura del favoritismo clientelar como medida de esos sectores en su permanencia y usufructo del poder.

Se alcanzó riqueza con la aplicación de las medidas recomendadas por los organismos internacionales y presionadas políticamente por el llamado Consejo de Washington; los Estados procuraron con estas medidas recursos inimaginables, pero sin objetivos enmarcados en proyectos nacionales. La encomienda era la de reducir el tamaño del Estado, limitando enormemente su expansión hacia los servicios que debía ofrecer, sin que a su vez existiera –automáticamente- un sector privado capaz de sustituir eficientemente esas ausencias y reducir esos costos.

Este proceso “coincidió” con la expansión del capital financiero mundial, y la concentración de la riqueza en las potencias occidentales norteamericana y europeas o G7; solo en menos de diez años, el capital financiero mundial destinado a la inversión y el comercio pasó de un 90% a un 10%, en contraposición al capital utilizado para la especulación (Sobrado y Rojas, 2006); al mismo tiempo que se desplomaban los precios de los productos producidos por los países del llamado Tercer Mundo, a excepción del Petróleo, producto que en cambio, fruto de la creciente demanda de un mundo mas industrializado, fue presionado a una alza continua, con algunos lapsos de rezago.

En cambio las viejas estructuras empresariales, fruto de su vinculación y dependencia a la vez, de ese Estado clientelar, se cubría de asumir los retos a que se enfrentaba, agenciándose exenciones de los plazos otorgados por las nuevas reformas, procurando cobertura al parasitismo dependiente de las demandas de productos del propio Estado, pero a la larga sentenciándose a si mismo a la espera de la llegada de la nueva ola dispuesta desde el Centro del desarrollo capitalista: La Globalización.

Continua...la proxima entrega!

Comentar este post